El GrETCA desea presentar su disconformidad, así como la de muchos otros compañeros, con la participación de Borja Capponi impartiendo varias Master Class por distintos Centros Comerciales de España en el marco de la celebración de la “Pet Week”. Bajo nuestro punto de vista, la finalidad de la campaña, que es velar por el bienestar animal y hacer llegar la idea de una “tendencia responsable” de nuestras mascotas, puede verse totalmente menoscabada con la elección de Borja Capponi para estas jornadas, dado que sus métodos están basados en técnicas punitivas, que en absoluto tienen en cuenta el bienestar animal y que, de hecho, están contraindicadas para el tratamiento de problemas de comportamiento y por lo tanto, desaconsejadas por los profesionales veterinarios de la medicina del comportamiento.
El GRETCA de AVEPA ya hizo en su momento una rueda de prensa mostrando su disconformidad con los métodos empleados en el programa “Malas Pulgas”, en los que el bienestar animal se ve gravemente mermado, y con los que se puede poner en riesgo a los propietarios (haz clic aquí para leer comunicado).
A continuación, se relatan una serie de razones basadas en evidencias científicas:
- Borja Capponi utiliza a menudo un tipo de aprendizaje llamado castigo positivo. Se basa en administrar un estímulo al animal, lo suficientemente intenso como para interrumpir la conducta que está realizando. Las consecuencias del uso de este tipo de entrenamiento son las siguientes:
- Es difícil de aplicar correctamente, pues tiene que aplicarse en el momento justo en el que se produce la conducta inadecuada, por lo que su ventana de acción es muy limitada y por este motivo se usa mal la mayoría de las veces.
- Afecta al bienestar físico y emocional del perro.
- Puede provocar fácilmente respuestas agresivas contra personas de la familia y desconocidas.
- No promueve la aparición de conductas deseables o correctas.
- No sirve para enseñar nuevos comportamientos al animal.
- Deteriora la relación perro-propietario.
- El perro se puede acostumbrar, de manera que puede perder su efecto.
- Los perros que han sufrido este tipo de tratamiento padecen más estrés y signos y problemas de miedo que aquellos que son tratados con métodos más recomendables, basados en el refuerzo positivo.
- Borja Capponi utiliza también un tipo de aprendizaje llamado refuerzo negativo. Básicamente, retira un estímulo que es molesto para el perro cuando éste deja de mostrar una conducta que no es deseable (por ejemplo, deja de ahorcar al perro con una correa cuando éste deja mostrarse agresivo). Se ha demostrado científicamente que las consecuencias de este tipo de entrenamiento son las siguientes:
- Afecta al bienestar físico y emocional del perro.
- Se produce una lucha entre el entrenador y el perro que puede ser peligrosa para ambos.
- Su uso puede provocar reacciones agresivas contra personas de la familia y desconocidas.
- El aprendizaje activo se reduce porque el perro es obligado a realizar algo.
- Se deteriora la relación perro-propietario.
- Los perros que han sufrido este tipo de tratamiento padecen más estrés y signos y problemas de miedo que aquellos que son tratados con métodos más recomendables, basados en el refuerzo positivo.
A continuación, les dejamos una serie de referencias bibliográficas con algunos de los estudios científicos que corroboran lo escrito arriba:
- Blackwell, E. J., Twells, C., Seawright, A., & Casey, R. A. (2008). The relationship between training methods and the occurrence of behavior problems, as reported by owners, in a population of domestic dogs. Journal of Veterinary Behavior: Clinical Applications and Research, 3(5), 207-217.
- Casey, R. A., Loftus, B., Bolster, C., Richards, G. J., & Blackwell, E. J. (2014). Human directed aggression in domestic dogs (Canis familiaris): Occurrence in different contexts and risk factors. Applied Animal Behaviour Science, 152, 52-63.
- Deldalle, S., & Gaunet, F. (2014). Effects of 2 training methods on stress-related behaviors of the dog (Canis familiaris) and on the dog–owner relationship. Journal of Veterinary Behavior: Clinical Applications and Research, 9(2), 58-65.
- Herron, M.E., Schofer, F.S., and Resiner, I,R., 2009. Survey of the use and outcome of confrontational and non-confrontational training methods in client-owned dogs showing undesired behaviors. 117, 47-54.
- Hiby, E.F., Rooney, N.J., Bradshaw, J.W.S., 2004. Dog training methods: their use, effectiveness and interaction with behaviour and welfare. Animal. Welfare. 13, 63-69.
- Ziv, G. (2017). The effects of using aversive training methods in dogs—A review. Journal of Veterinary Behavior: Clinical Applications and Research, 19, 50-60.
Finalmente, solo quisiéramos añadir que, aunque los métodos cuyo empleo se recomienda hoy en día son “televisivamente menos atractivos”, están basados en evidencias científicas y han de realizarse por profesionales que han adquirido la formación adecuada. Además, en ellos se garantiza el bienestar de los perros y la seguridad de las personas y otros animales que los rodean, a la vez que, en la mayoría de los casos, se obtienen resultados más que satisfactorios.
Atentamente:
Ángela González Martínez
Presidenta del GRETCA de AVEPA
DVM, PhD, Msc, Diplomada ECAWBM
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