Hoy en día, los problemas de comportamiento constituyen uno de los principales motivos de abandono de animales de compañía. Por ello, su prevención y el diagnóstico precoz constituyen un objetivo prioritario en el ámbito veterinario. Dentro de esas medidas de prevención, se enmarcan las llamadas “clases para cachorros”, que se explican en detalle en este artículo.
En relación con la prevención de los problemas de comportamiento, resulta esencial entender lo que ocurre durante el periodo de socialización, que se define como un periodo sensible en el desarrollo conductual del cachorro, en el cual el ambiente ejerce un efecto intenso y duradero sobre el comportamiento posterior del individuo1. Este periodo abarca aproximadamente desde las 3 semanas hasta las 12-14 semanas2,3. El inicio coincide con la maduración sensorial y la adquisición de capacidad motora por parte del cachorro, lo que le permite interaccionar con el entorno que le rodea4,5. Cabe destacar que, durante este periodo, ocurren dos hechos fundamentales desde el punto de vista del comportamiento:
- Desarrollo de respuestas anticipatorias como resultado de una mayor capacidad para atender al entorno4.
- Capacidad para formar relaciones sociales con sus congéneres y con otros animales, incluidas las personas4.
El fin del periodo de socialización lo marca la maduración de la respuesta de miedo hacia los estímulos desconocidos. En realidad, esta respuesta hacia ruidos fuertes o entornos desconocidos, comienza a aparecer hacia la quinta semana, haciéndose más intensa conforme se llega al final del periodo2,6,7. Diversos estudios muestran que en los cachorros que no han sido expuestos a personas antes de las 14 semanas de edad, dichas respuestas de miedo pueden volverse permanentes, impidiendo la formación de relaciones normales con los humanos7,8. Por ello, si los cachorros son expuestos a personas, estímulos diversos y nuevas experiencias desde las primeras etapas del período de socialización, estos se vuelven menos temerosos hacia los entornos desconocidos6 y muestran mayores conductas de acercamiento hacia los humanos, permitiendo el desarrollo y mantenimiento de relaciones a largo plazo con estos9.
Para conocer más acerca de este periodo, te invitamos a leer el artículo “Importancia de la edad de destete y periodo de socialización en el perro”.
¿Qué son las clases de socialización?
En relación con todo lo expuesto previamente, los profesionales de las clínicas veterinarias deberían desempeñar un papel primordial a la hora de apoyar este aprendizaje. Para tal propósito, uno de los principales recursos existentes son las clases para cachorros10.
Las clases de socialización para cachorros son una oportunidad ideal para presentarles, de forma segura y no amenazante, una variedad enorme de estímulos como: sonidos, objetos, diferentes superficies para caminar, una amplia variedad de personas (niños, adultos de ambos sexos, ancianos) y otros cachorros11. Además, estas clases son un espacio perfecto para informarse sobre un correcto cuidado y manejo de las mascotas, la prevención de problemas de conducta comunes o resolver dudas sobre cuestiones como la castración12,13.
Normalmente las clases de socialización se estructuran en un periodo de 4 semanas, realizando una sesión por semana, donde se trabajan los puntos comentados previamente. Además, se favorecen situaciones de juego controlado entre los cachorros y se comentan las dudas que hayan surgido durante la semana14.
¿Qué aprenderéis tú y tu cachorro?
En las clases para cachorros son diversos los conocimientos y habilidades que reciben tanto los animales como los tutores. En cada una de las sesiones se trabajarán y repasarán varios temas, siendo los principales:
- Información sobre la comunicación canina: cómo identificar respuestas de aproximación o de evitación ante encuentros sociales, y comprender cuándo los cachorros se estresan o sobreexcitan para poder manejar y redirigir dichas conductas10,15.
- Capacidad de relajación por parte de los cachorros, a pesar de la presencia de otros perros y estímulos en el entorno16. La presencia de una concentración adecuada de la feromona apaciguadora canina en el ambiente (DAP) puede ayudar a los cachorros a permanecer más tranquilos y concentrados en sus tutores17,18.
- Habituación de los cachorros al manejo y la manipulación por parte de las personas, haciendo especial hincapié en las manipulaciones más “intrusivas” (como las que se pueden llevar a cabo durante los exámenes veterinarios)10.
- Información sobre cómo llevar a cabo una socialización y habituación a estímulos ambientales de forma adecuada, entendiendo el peligro de provocar una sensibilización si se realiza de manera inapropiada (por ejemplo, haciendo una inundación)10. La exposición a una variedad de estímulos novedosos sin experimentar dolor u otras consecuencias desagradables puede disminuir la intensidad de la respuesta a los estímulos novedosos en el futuro19.
- Un correcto manejo de las situaciones en las que los cachorros «no hacen las cosas bien» (por ejemplo, mordisquear o robar), para garantizar que el tutor no se comporte de manera que se dañe el vínculo con el cachorro10. El castigo no ayuda a los cachorros a aprender lo que se requiere de ellos, además de ser una medida aversiva20.
- Comprensión de la importancia del juego y cómo llevarlo a cabo bajo señalización, entendiendo que los perros necesitan participar en experiencias mentalmente estimulantes (tanto dentro como fuera de casa)10,21.
- Comprensión de que la frustración es normal en los perros jóvenes y darles herramientas para afrontarla10,22.
- Preparación para afrontar periodos de aislamiento social. Los cachorros son animales sociales y, por tanto, tienen una expectativa de compañía por parte de sus tutores. En consecuencia, es necesario ofrecerles toda la ayuda posible para gestionar los periodos de tiempo que pasen solos en casa10,20.
- Explicación de las pautas de higiene. Los cachorros desarrollan el control de la vejiga de forma progresiva, lo que significa que el aprendizaje para hacer sus necesidades en el lugar indicado es un proceso que dura, aproximadamente, los primeros seis meses de vida. Por tanto, es de esperar que se produzcan accidentes y percances. Lo fundamental es, como se ha mencionado previamente, no usar el castigo como método de enseñanza13.
- Aprendizaje de señales básicas como venir, sentarse, quedarse quieto o caminar correctamente con la correa. Este entrenamiento, basado en el refuerzo positivo, ayudará al tutor a tener un mayor control en ciertas situaciones y a mejorar el vínculo con el cachorro13,23.
El beneficio de estas clases, comprobado por estudios científicos, es la obtención de comportamientos más adecuados por parte de los perros a largo plazo. Sobre todo, se ve reflejado en una menor aparición de problemas de miedo y agresividad, juntamente con una mayor capacidad de adiestramiento de los cachorros24.
¿Cómo saber si las clases garantizan el bienestar de los cachorros?
- En las clases coexistirán gran variedad de cachorros con temperamentos diferentes y todos ellos deben sentirse cómodos y seguros. El personal deberá evitar al máximo las experiencias negativas que puedan resultar en la aparición de futuros problemas de conducta, ya que los cachorros se encuentran en una etapa vital de su desarrollo emocional12,25.
- Si la interacción entre dos o más cachorros empieza a descontrolarse, es necesario que el personal intervenga rápidamente (sin uso del castigo). Simplemente se separará a los cachorros con sus respectivas correas y se les dará un tiempo para que se tranquilicen12,14,26.
- Es aconsejable no mezclar en una misma sesión cachorros con perros mayores de 14 semanas de edad. Estos últimos son más fuertes y, normalmente, presentan una actitud más brusca a la hora de jugar. Esto supone un problema de manejo para el personal, estrés a los cachorros e incluso posibles lesiones10,14.
- En cuanto al número de cachorros participantes, la recomendación general es que haya un mínimo de 4 y un máximo de 8 por sesión. Referente al espacio, es necesario que el lugar donde se lleven a cabo las sesiones permita acoger de forma espaciosa al personal, a los cachorros y a sus familias13,25.
- Si un cachorro presenta algún problema conductual (como miedo/fobia o agresividad), deberá ser evaluado de forma individual por un veterinario etólogo. Éste decidirá cuál es la mejor forma de trabajar con el cachorro, ya que introducirlo en las clases sin previa valoración podría llegar a ser muy perjudicial tanto para él como para el resto de animales27.
- Para participar en las sesiones, los cachorros deberán estar libres de cualquier signo de enfermedad clínica, haber sido desparasitados y haber recibido la primera vacuna contra el moquillo/parvovirus/hepatitis (al menos 10 días antes de la primera clase)19.
A modo de conclusión, podemos decir que la prevención es fundamental para evitar la aparición de los problemas del comportamiento en las mascotas, siendo las clases para cachorros una excelente herramienta para lograrlo. El veterinario podrá aconsejarte cómo llevar a cabo esta tarea, mejorando así tanto el bienestar del perro como el de la familia.
Enric Prats Pons
Bibliografía
- Beaver, Bonnie V. The veterinarian’s encyclopedia of animal behavior. Iowa State University Press, 1994.
- Scott JP, Fuller JL. Genetics and Social Behavior of the Dog. Chicago, IL, USA: University of Chicago Press; 1965.
- Miklosi A. Dog Behaviour, Evolution, and Cognition. 1st ed. New York, NY, USA: Oxford University Press; 2008.
- Shepherd, K. Development of behaviour, social behaviour and communication in dogs. BSAVA manual of canine and feline behavioural medicine, 2002, p. 8-20.
- Dehasse J. Sensory, emotional and social development of the young dog. Vet. Clin. Ethol, 1994, vol. 2, no 1-2, p. 6-29.
- Elliott O, Scott JP. The development of emotional distress reactions to separation, in puppies. J Genet Psychol. 1961;99:3–22.
- Scott JP. The process of primary socialization in canine and human infants. Monogr Soc Res Child Dev. 1963;28:1–47.
- Freedman DG, King JA, Elliott O. Critical period in the social development of dogs. 1961;133:1016–1017.
- Howell TJ, King T, Bennett P. Puppy parties and beyond: the role of early age socialization practices on adult dog behavior. Veterinary Medicine: Research and Reports, 2015, p. 143-153.
- Hargrave C. Are puppy socialisation classes enough?. Companion Animal, 2017, vol. 22, no 5, p. 276-283.
- Duxbury MM, Jackson JA, Line S et al. Evaluation of association between retention in the home and attendance at puppy socialization classes. Journal of the American Veterinary Medical Association, 2003, vol. 223, no 1, p. 61-66.
- Ackerman N. A practical approach to puppy socialisation. Veterinary Nursing Journal, 2010, vol. 25, no 7, p. 37-39.
- Turrell A. Polite and protected puppies: how to run puppy classes that maintain a safe environment and help to establish good behaviour. Veterinary Nursing Journal, 2016, vol. 31, no 8, p. 253-256.
- Hargrave C. How to run a puppy party: social saviour or social demon?. The Veterinary Nurse, 2014, vol. 5, no 3, p. 160-167.
- Shepherd K. Behavioural medicine as an integral part of veterinary practice. En BSAVA manual of canine and feline behavioural medicine. BSAVA Library, 2009. p. 10-23.
- Zulch H, Mills D. Life skills for puppies. Veloce Publishing Ltd, 2012.
- Graham D, Mills D, Bailey G. Evaluation of the effectiveness of synthetic DAP (dog appeasing pheromone) in reducing levels of arousal and improving learning in puppy classes.
- Denenberg S, Landsberg G. Effects of dog-appeasing pheromones on anxiety and fear in puppies during training and on long-term socialization. Journal of the American Veterinary Medical Association, 2008, vol. 233, no 12, p. 1874-1882.
- Crowell-Davis, S. L. Socialization classes for puppies and kittens. Compend Contin Educ Vet, 2007, vol. 29, no 11, p. 674-676.
- Mills D, Braem Dube M, Zulch H. Stress and pheromonatherapy in small animal clinical behaviour. John Wiley & Sons, 2012.
- Corridan C. Basic requirements for good behavioural health and welfare in dogs. BSAVA manual of canine and feline behavioural medicine, 2009, p. 24-34.
- Bailey G. The perfect puppy. Hamlyn, 2008.
- Seksel K. Puppy socialization classes. Veterinary Clinics: Small Animal Practice, 1997, vol. 27, no 3, p. 465-477.
- González-Martínez A et al. Association between puppy classes and adulthood behavior of the dog. Journal of Veterinary Behavior, 2019, vol. 32, p. 36-41.
- Bowen J, Heath S. Behaviour problems in small animals: practical advice for the veterinary team. Elsevier Health Sciences, 2005.
- Page J. Role of puppy parties in socialising and educating puppies. Veterinary Nursing Journal, 2013, vol. 28, no 1, p. 26-28.
- Peachey E. Puppy Classes and Parties: A Good Place to Start. Veterinary Nursing Journal, 1992, vol. 7, no 6, p. 200-203.