Con frecuencia nos encontramos con que la conducta de monta resulta molesta para los tutores caninos, especialmente cuando tiene lugar en exceso y máxime si ésta va dirigida hacia ellos o hacia otras personas.
Una de las creencias más populares es que esta conducta es exclusivamente sexual y se da solo en machos, de ahí que muchos tutores se planteen la castración para solucionar este incómodo problema.
Otra de las creencias más comunes en la sociedad es que esta conducta es debida a la dominancia.
Pero la conducta de monta es mucho más compleja que esto y no podemos reducirla a “Castra a tu perro y así se tranquilizará” o a “Eso es que es muy dominante”.
Podemos ver (con frustración de muchos tutores) que en muchas ocasiones la conducta persiste tras la castración y el perro no se ha “tranquilizado”. O bien que el perro termina sufriendo las consecuencias de aplicar la, ya obsoleta, teoría de la dominancia.
Recordemos que está disponible en la web del GEMCA el posicionamiento sobre la teoría de la dominancia.
Entonces, ¿cuáles son los motivos por los que un perro monta?
Los enumeramos y detallamos a continuación:
- Sexual: Por supuesto que podemos encontrarnos con conducta de monta cuya naturaleza sea únicamente sexual, pero como veremos a continuación, no es el único motivo.
En este caso puede manifestarse de las siguientes formas:
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- Dirigida hacia hembras en celo.
- Redirigida: En el caso de que un macho perciba las feromonas sexuales de una hembra en celo a la que no tiene acceso puede redirigir esta conducta hacia otro individuo (de su mismo sexo o de distinta especie) o hacia objetos inanimados.
- Perros que acaban de alcanzar la pubertad pueden realizar esta conducta, a veces, de forma indiscriminada.
- Conducta social ritualizada: Con el objetivo de establecer jerarquías. Es importante que en este aspecto recordar que estas relaciones de dominancia – sumisión se establecen 2 a 2 entre dos individuos de la mima especie. Por tanto, que un perro haya establecido una relación de dominancia con otro perro no quiere decir que vaya a ser dominante sobre todos los demás perros, y mucho menos, que quiera dominar a sus tutores también.
- Sobreexcitación, estrés o frustración: La monta puede ser una forma de canalizar el estrés, sirviendo de conducta de desplazamiento ante una situación de conflicto emocional. Puede ser una forma de descargar todo el estrés acumulado a lo largo del día o tras un evento determinado.
- Demanda de atención: Este tipo de demandas de atención suelen estar relacionadas con el punto anterior (estrés, frustración) cobrando el refuerzo no intencionado de esta conducta por parte de los tutores un papel importante.
- Mala socialización y destete precoz: Ambos pueden influir en que esta conducta tenga lugar de manera inadecuada, tanto durante el periodo juvenil como durante la vida adulta, debido a que el perro no ha aprendido de forma correcta de su madre y sus hermanos.
- Juego: La monta puede formar parte del repertorio de conductas manifestadas durante el juego. Podemos verlo tanto con cachorros como en animales adultos.
- Problemas médicos: Las infecciones de sacos anales, las vaginitis, las infecciones del tracto urinario o del útero pueden modificar el olor de los individuos y provocar en algunos casos la monta.
Medidas a llevar a cabo por parte de los tutores
- Identificar la motivación de la conducta, con ayuda de un especialista en medicina del comportamiento, a fin de poder establecer unas pautas de tratamiento acordes al origen el problema.
- No atender el comportamiento para evitar el refuerzo involuntario del mismo.
- Queda complemente desaconsejado el uso del castigo verbal o físico (sobre todo este último) ya que, además de no solucionar el problema y atentar contra el bienestar animal, puede empeorar el problema. Especialmente cuando no se está teniendo en cuenta la motivación de la conducta.
- Ofrecer un enriquecimiento ambiental de calidad: Facilitar posibilidades de realizar ejercicio físico y juegos de estimulación mental que se adecuen a las necesidades del perro. Esto puede ayudar disminuir la frustración y redirigir el exceso de energía hacia blancos adecuados.
- Servirse de los ejercicios de obediencia básica que el perro ya conoce (o enseñárselos si aún no los ha aprendido) y que sean incompatibles con la conducta de monta: por ejemplo: pedirle un sentado/ tumbado o quieto.
- Premiar y, a continuación, ofrecer una alternativa adecuada hacia la que dirigir su actividad.
¿Castrar o no castrar?
Si bien la castración es un tratamiento de elección para la conducta de monta, hemos de recordar que si la motivación de la misma no es sexual la castración no va a solucionar el problema.
Recomendamos, antes de tomar la decisión de castrar a nuestro perro ante un problema de conducta, consultar con un veterinario especializado en medicina de comportamiento.
Recordemos que en la web del GEMCA está disponible el posicionamiento «El efecto de la gonadectomía sobre la conducta en la especie canina y felina».
Ante de la duda de si la castración pudiera ser efectiva sobre la conducta de monta de un determinado caso, dado que los efectos de la gonadectomía son irreversibles, puede ser aconsejable valorar la castración química mediante la colocación un implante subcutáneo de deslorelina.
Por todo lo anteriormente descrito, ante una conducta de monta incómoda o molesta se recomienda contactar con un veterinario especializado en medicina del comportamiento a fin de que pueda analizar en profundidad cada caso particular, ayudar a comprender a los tutores la motivación de esta conducta y, con un diagnóstico, establecer las pautas de tratamiento más adecuadas.
Sandra Portals Arnáez
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