El rascado es una necesidad etológica felina fundamental, lo que significa que es una conducta indispensable para el bienestar de nuestros gatos. Por ello, se debe permitir que marquen el territorio con sus uñas. Sin embargo, con frecuencia la conducta de rascado es uno de los motivos principales de quejas respecto a la convivencia con gatos, sobre todo cuando el rascado se dirige hacia los muebles de la casa.
A continuación se responde a las preguntas más frecuentes en relación a la conducta de rascado en gatos.
¿Por qué los gatos necesitan un rascador?
La conducta de rascado comienza alrededor de la quinta semana de vida del gatito, y forma parte del lenguaje felino, en concreto de la comunicación visual y olfativa. Mediante esta conducta el gato deposita, además de marcas visuales, la feromona interdigital felina, que procede de las glándulas interdigitales y constituye una señal olfativa con la que identifica su territorio. El lenguaje olfativo permite a dos individuos intercambiar información sin tener que coincidir en un determinado momento en un mismo lugar. Así, las marcas olfativas poseen un gran valor para regular las relaciones sociales felinas.
Además, los gatos utilizan la conducta de rascado para estirar la musculatura de la espalda después de un periodo de descanso, así como para mantener en buen estado sus uñas. En este sentido, como animales cazadores, necesitan tener sus uñas en perfecto estado para atrapar sus presas, pero también para poder trepar a zonas altas y ponerse a salvo de otros depredadores.
Por tanto, las funciones del rascado felino pueden resumirse en:
- Marcaje del territorio.
- Tonificación muscular.
- Mantenimiento de las uñas.
¿Cómo elegir el rascador adecuado?
Una vez entendida la necesidad de favorecer la conducta de rascado de nuestro gato, debemos ayudarles a redirigir dicha conducta hacia objetos o elementos apropiados, sobre todo si queremos evitar arañazos en los muebles de la casa.
Existe una gran variedad de rascadores comerciales, a parte de los que podemos diseñar nosotros mismos. Lo importante es conocer las preferencias de nuestros gatos y buscar aquellos rascadores que mejor se adapten a ellas. Sin embargo, pese a las preferencias individuales, existen algunas características generales a tener en cuenta y que nos pueden ayudar a seleccionar un buen rascador.
Factores a tener en cuenta a la hora de elegir un rascador:
1. Estabilidad
Es fundamental que el rascador sea estable. Si al apoyarse para rascar, el rascador se mueve, es menos probable que lo usen. Además, los gatos más temerosos podrían asustarse. Debemos asegurarnos que el rascador queda bien sujeto y estable antes de permitir el acceso a nuestros gatos.
2. Material
La superficie de rascado debe ser atractiva para el gato. Las texturas preferidas por los gatos son el cartón, la cuerda, la moqueta y la madera. Se ha visto que cuando las fibras estén dispuestas en sentido vertical facilitan el rascado.
Podemos ofrecer más de una opción de material para analizar las preferencias de nuestros gatos.
3. Orientación
En general, la gran mayoría de gatos prefieren los rascadores verticales. Sin embargo, también hay gatos que les gusta rascar en superficies horizontales o inclinadas.
4. Tamaño
Es recomendable que la superficie para rascar sea mayor que la longitud de nuestro gato con las patas estiradas. Como se ha comentado, una de las funciones del rascado es hacer estiramientos después de dormir. Por tanto, si el rascador es muy pequeño no podrá hacerlo con comodidad. Además, también prefieren dejar marcas en zonas más altas para marcar el territorio.
Se debe recordar que los rascadores cubren las tres funciones de la conducta de rascado felino. Por tanto, podemos tener varios rascadores, cada uno para cubrir una función diferente. Asimismo, podemos elegir un modelo concreto en función del objetivo que queramos cubrir y del espacio que tengamos en nuestra casa. Por ejemplo, las torres con rascador permiten que los gatos duerman en la zona alta y, al despertar, que rasquen en la parte de abajo. Si no tenemos espacio en el salón para colocar una torre para gatos y a nuestro gato le encanta dormir en el sofá, podemos colocar rascadores planos en los laterales del sofá.
¿Dónde debemos colocar el rascador?
Como se ha comentado, con el rascado los gatos dejan una señal visual y olfativa con la que identifican su territorio. En la naturaleza, estas marcas tienden a hacerlas en las zonas centrales de su territorio, por lo que esconder el rascador en una habitación donde el gato no suele estar constituye una de las causas frecuentes de fracaso a la hora de colocar un rascador.
El rascador se debe colocar en el centro del territorio del gato o en la habitación donde más tiempo pase. Además, ya que la conducta de rascado es más probable que aparezca después de los periodos de descanso, es recomendable colocar un rascador cerca de sus lugares de descanso.
Debemos prestar especial atención al lugar donde nuestro gato está rascando actualmente. Por alguna razón, ese es el lugar donde quiere marcar su territorio. Por tanto, es recomendable colocar un rascador en esa zona.
Mi gato rasca por todas partes, ¿es normal o puede ser un problema? ¿Cómo conseguir que use sus rascadores y deje de rascar en lugares inadecuados?
Aunque el rascado sea una conducta natural de los gatos, la conducta de rascado puede indicar un problema de estrés. Es frecuente que aumenten las conductas de marcaje con orina y rascado de superficies cuando hay problemas en la interacción social entre gatos, por ejemplo, en hogares multigato, o cuando nuestro gato detecta a otros gatos cerca de su territorio.
También existe la posibilidad de que nuestro gato haya desarrollado un problema de rascado condicionado por refuerzo involuntario, y que recurra al rascado de superficies inadecuadas como búsqueda de atención. En este caso, el gato puede haber aprendido que rascar en determinados lugares tiene como consecuencia que lo persigamos, interpretando esta acción como un juego.
Para prevenir que el problema se mantenga, se deben limpiar los lugares donde ya ha rascado con detergentes enzimáticos y cubrirlos con plástico o papel de aluminio para que dejen de ser lugares atractivos para el gato. Asimismo, se debe evitar castigarlo cuando vuelva a rascar en lugares inadecuados y facilitar la conducta de rascado añadiendo rascadores adecuados, a poder ser, cerca de los lugares donde tiende a rascar. Otras formas que han demostrado favorecer el uso de los rascadores es utilizar atrayentes como el catnip o hierba gatera y pintar con un rotulador líneas verticales sobre el rascador.
Si detectas que tus gatos han empezado a marcar el territorio con más frecuencia, tal vez haya algún problema subyacente sin detectar. Consulta con un veterinario etólogo para que te ayude a buscar la causa y a mejorar el bienestar de tus gatos.
Rosario Galtier Vallejo
DVM, MSc Etología clínica y bienestar animal, GPCert Animal Behavior
CEO Ebavet. Centro de Referencia en Medicina del Comportamiento Animal
Bibiografía
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