En los últimos meses, la profesión veterinaria ha iniciado una movilización histórica con la finalidad de protestar contra una normativa que, además de afectar directamente a nuestro ejercicio profesional, compromete gravemente el bienestar de los animales y la salud pública.
Desde GEMCA, y como parte del colectivo veterinario, apoyamos plenamente estas reivindicaciones por considerarlas justas, necesarias y alineadas con nuestro compromiso con la ciencia y la ética profesional.
Entendemos que, al ser un colectivo reducido, busquemos formas creativas y visibles de hacer oír nuestra voz. Entre estas estrategias, se ha propuesto la participación de animales en las manifestaciones. Esta idea, aunque bien intencionada, nos invita a detenernos y reflexionar sobre un aspecto esencial: el bienestar emocional de los propios animales que queremos proteger.
Animales en manifestaciones
Es comprensible pensar que visibilizar a los animales como parte afectada por esta normativa pueda ayudar a reforzar el mensaje de nuestras protestas. Sin embargo, creemos que es fundamental considerar cuál es el impacto real de estos entornos en su bienestar. La evidencia científica y la observación directa nos muestran que las manifestaciones pueden ser entornos altamente estresantes para la mayoría de los perros, con consecuencias inmediatas, pero también a largo plazo.
Desde GEMCA no planteamos esta reflexión como una crítica, sino como una invitación a pensar en su bienestar desde el respeto y el conocimiento. Sabemos que muchas personas llevan a sus animales por el afecto, el vínculo o el simbolismo que representan. Por eso, creemos necesario informar sobre los riesgos presentes en estas situaciones, desconocidos en ocasiones, para que cada persona pueda tomar decisiones informadas sobre si llevar o no a su animal, siempre priorizando su bienestar.
1. Ruidos excesivos: una experiencia sensorial abrumadora
Los perros poseen una sensibilidad auditiva muy superior a la humana1. Esto significa que sonidos como gritos, megáfonos, silbatos o cencerros, comunes en las protestas, pueden percibirse por ellos de una forma mucho más intensa. Por lo tanto, la exposición podrá ser altamente aversiva y provocar una reacción de estrés2 importante, especialmente si los estímulos son continuos y proceden de múltiples fuentes.
2. Multitud, imprevisibilidad y percepción de amenaza
Al menos un 20% de los perros pueden percibir el contexto de las aglomeraciones que suponen las manifestaciones como amenazador3, incluso si son individuos sociables. Las aglomeraciones de personas, el ruido, los movimientos bruscos o inesperados y la imposibilidad de anticipar lo que ocurre, generan un entorno social difícil de gestionar emocionalmente para muchos animales. Los perros, debido a su menor altura, no siempre pueden ver a su alrededor4, incrementando su sensación de vulnerabilidad.
3. Sin opciones de escape ni mecanismos de afrontamiento
Durante una manifestación, los perros suelen estar atados, en brazos o entre multitudes, lo que impide que puedan alejarse para gestionar de manera autónoma aquello que les estresa. Esta ausencia de control sobre la situación puede derivar en el desarrollo futuro de miedos y fobias5 y, en algunos casos, de un trastorno de estrés postraumático6.
4. Impacto emocional a largo plazo
Aunque el momento puntual de la manifestación parezca breve, el impacto emocional puede extenderse en el tiempo. La aparición o el agravamiento de miedo puede alterar la vida diaria del animal, generando ansiedad, rechazo a entornos urbanos, hipervigilancia o generalización del miedo a otros contextos5,7.
5. Balance global negativo
En una manifestación, los estímulos positivos —como el contacto con la familia— suelen ser escasos, mientras que los potencialmente negativos, es decir, aquellos que pueden ocasionar miedo en el animal, son frecuentes: ruido intenso, imprevisibilidad, aglomeraciones o la imposibilidad de huir si se sienten amenazados. En conjunto, el balance global entre estímulos positivos y aversivos8 tiende a ser claramente desfavorable para su bienestar.
6. Señales de malestar: fáciles de pasar por alto
Los perros pueden manifestar signos de estrés que no siempre resultan evidentes9,10. Algunas de estas señales incluyen rigidez corporal, postura encogida, orejas hacia atrás, jadeo excesivo, mirada fija o evasiva, hipervigilancia, temblores, relamerse la nariz, bostezar, fruncir el ceño, entre otras (Fig.1). Las señales de estrés pueden pasar desapercibidas para los tutores, bien porque estén centrados en el desarrollo de la protesta o bien porque los interpreten erróneamente como excitación de base emocional positiva (alegría).
Por todo ello, desde GEMCA planteamos las siguientes recomendaciones:
- Evita llevar a tu perro si ya sabes que tiene miedo o reacciona ante personas, perros o ruidos.
- Evita acudir con cachorros, son más sensibles11,12.
- Si acudes con tu perro, asegúrate de que está habituado a zonas de gran afluencia de personas.
- Camina manteniendo una distancia amplia, de 2-3 m, con otras personas y perros que no conoce.
- Colócate en los laterales o la cola de la manifestación, para facilitar la vía de salida si tu perro se estresa.
- Obsérvalo durante todo el tiempo que dure la actividad y si aprecias signos de estrés (Fig.1), sal de la multitud y llévalo a una zona tranquila.
- No olvides, en todo momento, respetar la normativa vigente: los animales deben ir siempre con correa, se deben recoger sus deposiciones y cumplir con el resto de obligaciones legales. Es responsabilidad del tutor garantizar su cumplimiento.

Figura 1. FuenteLili Chin Doggiedrawings.net
Figura 1. FuenteLili Chin Doggie drawings
Conclusión
La profesión veterinaria está dando ejemplo de ser un colectivo unido por una causa común: el bienestar de nuestros animales de familia. La prevención forma parte de nuestro trabajo como sanitarios, por lo que informar sobre los riesgos que conlleva acudir a las movilizaciones con ellos, es poner nuestro grano de arena en ese cuidado y mantenimiento de dicho bienestar.
Existen alternativas más seguras y respetuosas para visibilizar su apoyo, como por ejemplo, portar fotografías desde casa con mensajes reivindicativos, vídeos creativos, ilustraciones o pancartas simbólicas con la foto de tu perro. De esta forma, se incluye a los animales evitando situaciones de riesgo y protegiendo su salud emocional.

Infografía Como vive tu perro las manifestaciones gemca.org
Referencias
1. Barber, A. L. A., Wilkinson, A., Ratcliffe, V. F., Guo, K., & Mills, D. S. (2020a). A comparison of hearing and auditory functioning between dogs and humans. Comparative Cognition & Behavior Reviews, 15.
2. Carrieri-Rocha, V. M., Duarte, M. H. L., & da Silva Vasconcellos, A. (2020). Acoustic stress in domestic dogs (Canis familiaris) living around football stadiums. Journal of Veterinary Behavior, 37, 27-35.
3. Dinwoodie, I. R., Dwyer, B., Zottola, V., Gleason, D., & Dodman, N. H. (2019). Demographics and comorbidity of behavior problems in dogs. Journal of Veterinary Behavior, 32, 62-71.
4. Barber, A. L., Mills, D. S., Ratcliffe, V. F., Guo, K., & Wilkinson, A. (2020b). Functional Performance of the Visual System in Dogs and Humans: A Comparative Perspective. Comparative Cognition & Behavior Reviews, 15.
5. Garcia, R. (2017). Neurobiology of fear and specific phobias. Learning & Memory, 24(9), 462-471.
6. McMillan, F. D. (2020). Psychological trauma and posttraumatic psychopathology in animals. In Mental Health and Well-being in Animals (pp. 182–211). Wallingford UK: CABI.
7. Hargrave, C. (2016). When does a pet’s sound sensitivity become a welfare problem? Companion Animal, 21(10), 548-553.
8. Mellor, D. J. (2017). Operational details of the five domains model and its key applications to the assessment and management of animal welfare. Animals, 7(8), 60.
9. Wan, M., Bolger, N., & Champagne, F. A. (2012). Human perception of fear in dogs varies according to experience with dogs. PLoS one, 7(12), e51775.
10. Grigg, E. K., Chou, J., Parker, E., Gatesy-Davis, A., Clarkson, S. T., & Hart, L. A. (2021). Stress-related behaviors in companion dogs exposed to common household noises, and owners’ interpretations of their dogs’ behaviors. Frontiers in veterinary science, 8, 760845.
11. Serpell, J. A., & Duffy, D. L. (2016). Aspects of juvenile and adolescent environment predict aggression and fear in 12-month-old guide dogs. Frontiers in veterinary science, 3, 49.
12. Buttner, A. P., Awalt, S. L., & Strasser, R. (2023). Early life adversity in dogs produces altered physiological and behavioral responses during a social stress‐buffering paradigm. Journal of the Experimental Analysis of Behavior, 120(1), 6-20.