Cualquier persona que tenga un animal de compañía, desea que éste sea emocionalmente estable y tenga un buen comportamiento. Son muchos los factores que forjarán el comportamiento de un animal: su genética, temperamento, la educación recibida, las experiencias vividas… De todas ellas, cobran especial importancia las experiencias vividas durante los periodos sensibles de desarrollo del cachorro.
Periodo neonatal y transición (de 0 a 3 semanas)
Los cachorros, al igual que los bebés, nacen con un desarrollo nervioso, sensorial y motor, inmaduro. Sus ojos están cerrados, su oído no es funcional, no pueden a penas moverse… y su sistema nervioso central también está todavía en desarrollo. Durante las primeras semanas de vida, dependen 100% de los cuidados de su madre. Estos cuidados maternos (contacto, aseos, lamido) ayudan a la maduración del sistema nervioso central, mejoran el aprendizaje, reducen la sensibilidad al estrés y generan una mayor estabilidad emocional.
Sabemos que los cachorros que no reciben estos cuidados durante el periodo neonatal (de 0 a 14 días de vida) tendrán menor tolerancia al estrés para el resto de su vida, y por tanto tendrán mayor tendencia a mostrar conductas de miedo, ansiedad o agresividad.
Para evitar esta carencia, en camadas de madres con poco instinto maternal o cachorros huérfanos, debemos procurarles estos cuidados a través de caricias y manipulaciones suaves, de unos 5-15 minutos al día, para generar una mayor estabilidad emocional.
Periodo de socialización (de 3 a 12-16 semanas)
A partir de las 3 semanas de vida, el cachorro llega a una madurez sensorial y motora, suficiente para empezar a interactuar con sus hermanos de camada y con su entorno.
Durante esta etapa, el cachorro aprenderá a perfeccionar sus habilidades sociales a través de la interacción y los juegos con sus hermanos de camada y con su madre. Aprenderá a usar el lenguaje canino, tanto para comunicar sus emociones e intenciones, como para interpretar las de otros. Aprenderá a controlar la fuerza de mordida, para no hacer daño al jugar. Cuando su madre lo rechace durante el destete, aprenderá a tolerar la frustración, y a ser progresivamente más independiente.
La conducta exploratoria le permitirá conocer el entorno, objetos, olores, ruidos y situaciones nuevas; en definitiva, adquirir nuevas experiencias para mejorar su aprendizaje a través de la habituación. Aquellas situaciones o experiencias vividas serán incorporadas mentalmente como situaciones conocidas para el resto de su vida. Por el contrario, todo lo que no haya vivido durante este periodo, será mentalmente catalogado como desconocido, y por tanto susceptible de desarrollar miedo en un futuro. Cuanto más rico en estímulos sea su entorno de cachorro, mayor capacidad de adaptación tendrá.
Además, como su nombre indica, el periodo de socialización es el momento en que el cachorro tiene la curiosidad de interactuar con otros animales y personas sin que el miedo a lo desconocido los frene, es el momento de socializarse. Para conseguir una óptima socialización, debemos procurar que el cachorro se relacione con perros y personas, diferentes a los del núcleo familiar, generando experiencias agradables suficientes, que le permitan generalizar su aprendizaje.
Concretamente la maduración de las estructuras nerviosas responsables del miedo son las que determinan el final del periodo de socialización, alrededor de las 12 semanas de edad. A partir de esa edad, el cachorro sentirá miedo a hacia lo desconocido, dificultando su adaptación a experiencias nuevas.
¿Cuál es el mejor momento para el destete y la adopción del cachorro?
Por desgracia, hoy en día, es habitual destetar a los cachorros prematuramente, lo cual es totalmente perjudicial para su bienestar.
Sabemos que los perros destetados prematuramente (<8 semanas), tiene mayor probabilidad de mostrar problemas como: exceso de actividad, trastornos relacionados con la separación, agresividad, falta de inhibición de la mordida, inhibición de la conducta sexual, problemas de socialización, etc.
Muchos de estos cachorros arrastrarán problemas de conducta de por vida, dificultando la convivencia con las familias y aumentando el riesgo de ser abandonados.
En conclusión, los cachorros deberían permanecer con su madre y hermanos hasta las 8 semanas de edad. De esta forma, pueden beneficiarse de una crianza materna e inicio de socialización con su madre y hermanos, y aún les queda tiempo para habituarse al nuevo entorno donde residirán.
Una adopción tardía puede tener efectos positivos o negativos, en función del criador. Por ejemplo, un cachorro criado hasta los 3 meses en un ambiente rural, es muy probable que muestre miedo o incluso pánico cuando esté en un ambiente urbano, si no se ha familiarizado con ello durante el periodo de socialización. No obstante, si el criador se encarga de familiarizar al cachorro con estos estímulos (ruidos, tráfico, tránsito de gente, etc.), y socializarlo correctamente, no tiene por qué haber ningún problema en su conducta.
¿Cómo puedo conseguir una buena socialización del cachorro?
Muchos de los problemas de conducta que vemos a diario en la consulta de etología clínica, son consecuencia de una socialización deficiente. Esta mala socialización aumenta la probabilidad del perro de desarrollar problemas de conducta graves, como: miedos, agresividad, ansiedad, exceso de actividad, conductas repetitivas, etc. Todos estos problemas de conducta disminuyen el bienestar del animal, dificultan la convivencia y son un factor de riesgo para el abandono de animales.
Para prevenir el desarrollo de estos problemas debemos conseguir un buen aprendizaje durante el periodo de socialización. Para ello, no solo tenemos que conseguir cantidad y variedad de experiencias, sino asegurarnos que esas experiencias sean agradables, progresivas y supervisadas, evitando las experiencias traumáticas.
Para conseguir una buena socialización con perros:
- Si el cachorro todavía no tiene todas las vacunas, puedes favorecer su socialización con perros conocidos (de familiares y amigos) que sepas que están vacunados y desparasitados y que sean sociables.
- Si ya tiene las vacunas, puedes fomentar esta socialización con perros desconocidos en la calle o en el parque.
- Estos encuentros deben ser siempre supervisados, controlando que el cachorro esté a gusto.
- Si al principio se muestra tímido, puedes animarle a interactuar, por ejemplo, interactuando tú mismo con el otro perro.
- Si necesita refugio, debes dejar que se refugie en ti, por ejemplo, entre tus piernas.
- No dejes que otros perros lo avasallen, generará en él malas experiencias.
- Nunca lo fuerces, no lo sujetes para que otros lo huelan. Si todavía no está preparado, debes tener paciencia y darle más tiempo.
Para conseguir una buena socialización con personas:
- Favorece los encuentros e interacción del cachorro con personas desconocidas tanto en casa como en la calle.
- Asegúrate que se relacione tanto con adultos como con niños, hombre y mujeres, con diferentes aspectos e indumentarias.
- Si se muestra tímido, puedes animarlo a interactuar con la persona, ofreciéndole premios o juguetes.
- Nunca lo fuerces, no lo sujetes para que lo acaricien. Si todavía no está preparado, ten paciencia y dale más tiempo.
Para conseguir una buena habituación al entorno:
- Procura que el cachorro se familiarice desde el principio con el entorno en el que tendrá que vivir en el futuro, sacándolo a la calle. Si todavía no tiene las vacunas, evita llevarlo a zonas de gran afluencia de perros, como los parques caninos, ya que puede haber mayor carga ambiental de patógenos.
- Asegúrate de generar nuevas experiencias como los viajes en coche, la visita al veterinario y peluquería, tener invitados en casa o relacionarse con otras especies animales (ej. gatos).
- Recuerda que estas experiencias tienen que ser agradables y progresivas, empezando con entornos tranquilos para luego ir, poco a poco, a entornos más concurridos.
Las clases de socialización para cachorros pueden ser una buena opción para potenciar su socialización y habituación a estímulos, además de aprender pautas de educación.
¿Cómo puedo favorecer una buena estabilidad emocional en mi perro?
- Procura que esté con su madre y hermanos hasta las 8 semanas de vida.
- Haz una buena socialización con perros y personas, diferentes a los del ámbito familiar, durante el periodo de socialización.
- Continúa favoreciendo sus relaciones sociales durante toda su vida.
- Evita las experiencias traumáticas.
- Basa tu educación en técnicas de refuerzo positivo y evita el uso de técnicas punitivas.
- Si tu cachorro o perro adulto muestra dificultades para socializar u otros problemas de conducta, busca ayuda profesional. El veterinario etólogo clínico es el especialista adecuado para estos trastornos.
Helena Varella Negre
Bibliografía
- M. Amat, T. Camps, S. Le Brech, S. Tejedor. “Manual Práctico de etología clínica en el perro”. Multimédica ediciones veterinarias. 2016
- Pablo Hernandez. “Manual de etología canina”. Servet. 2012
- James Serpell, Deborah L. Duffy, J. Andrew Jagoe. “The domestig dog. Its evolution, behavior, and interactions with people” Capítulo 6: Becoming a dog: early experience and the development of behavior. 2ª edición, 2017
- Xavier Manteca. “Etología clínica veterinaria del perro y del gato”. 3ª edición 2003, reimpresión 2008
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