¿Sabías que las ratas crean un vínculo muy fuerte con sus tutores? ¿Sabías que han sido usadas como modelo de estudio de la risa en humanos?
Rattus norvegicus o Norway rat proviene de las antiguas llanuras de Asia. Gracias a su increíble adaptación ha sido capaz de colonizar nuevos ambientes encontrándose actualmente en todos los continentes excepto en la Antártida.
En cuanto a su comportamiento en libertad destacamos la gran adaptabilidad comportamental, social y alimentaria, mientras que su sistema social y de apareamiento dependerá de la densidad de población marcada por la riqueza del ambiente. Así, ante un ambiente pobre, las densidades de población son bajas y los machos son territoriales monopolizando la madriguera de las hembras y apareándose únicamente con las hembras de su grupo. En cambio, si nos encontramos ante un ambiente enriquecido, puede haber una gran densidad de población, su sistema social entre machos llega a ser déspota en vez de territorial y los machos se aparean con múltiples hembras y a la inversa2-3.
Las hembras crían a sus hijos solas o comparten con otras hembras una madriguera. Los machos jóvenes se dispersan una vez destetados y en cautiverio debemos separarlos por sexos a las 5 semanas, ya que comienza su vida reproductiva4.
En cuanto a los órganos de los sentidos debemos destacar lo siguiente:
- Sistema olfativo: Guían la mayor parte de los aspectos de su vida a través de él. Presentan dos tipos: el principal, que les sirve para evitar depredadores demostrándose una aversión innata al olor del gato en las ratas domésticas5; y el accesorio, que detecta feromonas en orina y otras secreciones cruciales para la atracción de una pareja, cortejo, copulación, agresividad y cuidado parental6.
- Sistema tacto: Presentan bigotes con diferentes funciones: determinan la posición, distancia, talla, textura y forma de los objetos; función sensitiva, detectan viento y brisa ayudándoles a orientarse bajo suelo, detectan el sustrato del agua y nadan gracias a ellos; socialmente son usados en encuentros agonistas para evitar un ataque en la cabeza7.
- Sistema auditivo: Detectan sonidos de rango ultrasónicos, fuera de nuestro alcance8. El albinismo no afecta a la audición en ratas9.
- Sistema visión: Es adecuado a su vida nocturna y crepuscular. Presentan una visión dicromática (no ven el rojo) y de rayos ultravioleta, quizá para ver las marcas urinarias10. Las ratas albinas tienen una agudeza visual mucho peor que las ratas pigmentadas11.
La comunicación olfatoria juega un papel muy importante. Destacamos el marcaje con orina sobre el ambiente y sus conespecíficos que les proporciona información sobre la especie, edad, sexo, estado reproductivo, estatus social, identidad individual y nivel de estrés12. Los machos enteros adultos y dominantes son los que más marcan, mientras que las hembras lo hacen cíclicamente, principalmente la noche antes de ovular13. La función es variable: sexual14, marcaje de territorio15, marcaje sobre su comida favorita para transmitir sus preferencias alimentarias16, y en otros individuos como otras ratas17 (las hembras marcan al macho que prefieren y los machos a los más subordinados) y humanos (posiblemente por marcaje ambiental).
La mayoría de las vocalizaciones están fuera de rango humano como las que usan para ecolocalización18, pero hay algunas que podemos oír como chirridos en encuentros agonísticos; chillidos en situaciones de miedo, dolor o lucha; rechinar los dientes si hay dolor, estrés o encuentros agonísticos; y bruxismo en momentos de relajación y placer19.
Dedican mucho tiempo al cuidado de su cuerpo a través del acicalado y un mal pelaje es indicativo de estrés y/o enfermedad20.
Muchos tutores acuden a consulta porque su rata presenta secreción rojiza similar a la sangre alrededor del ojo o nariz. Se trata de una secreción rica en porfirina de la glándula de Hander que lubrica el ojo. No es significativo de estrés o una enfermedad per se, pero es causada por una condición social, ambiental o factores internos. Si perdura debemos acudir a nuestra veterinaria21.
En cuanto a su alimentación se trata de animales omnívoros que pueden comer una gran variedad de dietas, pero son neofóbicos, es decir, van a tener miedo a lo nuevo. Si queremos introducir una comida nueva se la debemos presentar durante varios días. Las preferencias alimentarias se trasmiten socialmente y son capaces de tener la habilidad de recolectar información de lo que comen otros conespecíficos22. Son coprofágicos, es decir, necesitan comer sus propias heces y si presentan náuseas ingerirán sustratos no alimenticios, pica, principalmente de arcilla y madera dura para ayudar a digerir las toxinas del cuerpo23.
Debemos proporcionar comida dura para desgastar sus incisivos de crecimiento constante. En caso de que haya un sobrecrecimiento será debida a una maloclusión y debemos acudir al veterinario. Poner objetos, como madera dura, para roer dentro de la jaula es un buen enriquecimiento ambiental24.
Las ratas son animales sociales por lo que es positivo acoger a más de una. Las conductas afiliativas son el acicalado, juego, dormir juntas y depositar gotas de orina sobre otra. Ellas juegan a luchas, principalmente las más jóvenes entre las 5 semanas y los 5-6 meses25.
Pankseep en 1999 usó las vocalizaciones ultrasónicas de las ratas producidas mediante conductas afiliativas como ejemplo de la risa humana. Gracias a este estudio se han podido estudiar las propiedades fundamentales de los circuitos y los mecanismos cerebrales de la risa humana. Observaron que las vocalizaciones aumentaban drásticamente cuando se les hacía cosquillas. Además, se vio que las cosquillas generan un vínculo social tal que los animales buscarán manos que les hayan hecho cosquillas previamente antes que manos que únicamente les habían acariciado26-27.
En cuanto a su comportamiento agresivo destacar que si hay recursos suficientes es raro que exista agresividad en libertad. La agresividad siempre será mayor en su casa o cerca de ella, y menor en un área neutral. Por ello, siempre debemos hacer la presentación de ratas desconocidas en una zona que ninguna conozca previamente. Si vamos a introducir una nueva rata lo ideal es presentarlas antes de llegar a la pubertad (a los 39-48 días en machos y a los 34-38 días en hembras), ya que a mayor edad, mayor agresividad, en un área neutral, gradualmente y siempre bajo supervisión28. Si el agresor es macho se valorará castración29.
La agresividad hacia los humanos suele tratarse de una agresividad defensiva motivada por miedo. Debemos habituarle a ser cogido haciéndolo de forma gradual, regularmente (unos 15 minutos diarios), ofreciéndole su comida favorita y nunca sosteniéndolo por la cola ya que les produce estrés y podemos desgarrar la piel. Ofrecerle nuestras manos en forma de copa para que sea ella quien se suba sobre nosotros. Tener en cuenta que hay algunos que son agresivos únicamente dentro de su hábitat por lo que debemos abrir la puerta y dejarla que salga por sí sola. También existe la agresividad accidental, principalmente cuando se asustan, por ejemplo, si les tocamos sin previo aviso mientras están descansando. Por ello siempre debemos avisar con la voz o un sonido suave que la vamos a tocar; también puede suceder que al meter los dedos entre los barrotes se confunda con comida sobre todo si le damos premios entre ellos normalmente. Para darle medicación podemos mézclasela con comida palatable o envolverla con una toalla y meter la jeringa por un lado de la boca detrás de los incisivos30.
Para elegir un buen hábitat a nuestro compañero debemos tener en cuenta que debe ser lo suficientemente grande para permitir el ejercicio más allá de una rueda. Deben ser altas ya que necesitan ponerse de pie. Se desaconseja el uso de rejillas en el fondo de las jaulas, es mejor un fondo de plástico con sustrato de cama apropiado. También debemos fijarnos en que las barras de las jaulas presenten un espacio adecuado para evitar lesiones y escapes, y deben tener un enriquecimiento tridimensional ya que siempre van a preferir los espacios grandes con ambientes complejos. Pero cuidado con las ratas de edad avanzada porque pierden movilidad, así que todos los recursos deben estar a su alcance en la zona baja (agua, comida, zona de descanso), sin tener que usar rampas para acceder a ellas30-31.
Para evitar conflictos y disminuir el estrés cuando conviven más de un individuo en la misma jaula, debe haber suficiente espacio para poder evitarse, estructuras con entrada y salida para que una de ellas no pueda acorralar a la otra y recursos básicos múltiples y separados unos de otros (comida, agua y zona de descanso entre otros). Si las peleas persisten, valorar la castración o separarlas en cajas diferentes 30-31.
Por último, hay que destacar la necesidad de llevarla al veterinario preventivamente cuando adquirimos una rata para asegurarnos su bienestar físico y la obligatoriedad de realizar un buen enriquecimiento ambiental para su estimulación mental y física y evitar posibles patologías derivadas del estrés como las estereotipias. Los principales grupos de enriquecimiento son:
- Ocupacional/ambiental: mejorar el hábitat de manera que cambie o agregue complejidad:
- Pasillos, plataformas, ruedas de ejercicio, tubos, sustrato para construir un nido, zonas donde poder esconderse como refugios o cajas, hamacas.
- Juguetes que se pueden colgar en la jaula.
- Salir fuera de la caja bajo supervisión.
- Cambiar periódicamente la configuración de la jaula.
- Social: proporcionar la capacidad de vivir e interactuar con otros animales de forma positiva.
- Dietético/nutricional: Uso de diferentes métodos de presentación. La comida se la podemos poner en diferentes juguetes interactivos y siempre disponer de masticables.
- Sensorial: estimular los sentidos (visual, olfativo, gustativo).
- Manipulación: promover el juego de investigación al proporcionar elementos que pueden manipularse con las patas, los pies, la cola, la boca, etc.; esconder comida, uso de juguetes interactivos o puzles.
- Entrenamiento: enseñar diferentes trucos usando refuerzo positivo31.
Susana Muñiz
Bibliografía
- Meng, J., Wyss, A. R., Dawson, M. R., & Zhai, R. (1994). Primitive fossil rodent from Inner Mongolia and its implications for mammalian phylogeny. Nature, 370(6485), 134-136.
- Berdoy, M., & Drickamer, L. C. (2008). Comparative social organization and life history of Rattus and Mus. In Rodent Societies (pp. 380-392). University of Chicago Press.
- Barnett, S. A. (1958, January). An analysis of social behaviour in wild rats. In Proceedings of the Zoological Society of London (Vol. 130, No. 1, pp. 107-152). Oxford, UK: Blackwell Publishing Ltd.
- Schultz, L. A., & Lore, R. K. (1993). Communal reproductive success in rats (Rattus norvegicus): effects of group composition and prior social experience. Journal of Comparative Psychology, 107(2), 216.
- Berdoy, M., Webster, J. P., & Macdonald, D. W. (2000). Fatal attraction in rats infected with Toxoplasma gondii. Proceedings of the Royal Society of London. Series B: Biological Sciences, 267(1452), 1591-1594.
- Brennan, P. A. (2001). The vomeronasal system. Cellular and Molecular Life Sciences CMLS, 58(4), 546-555.
- Ahl, A. S. (1986). The role of vibrissae in behavior: a status review. Veterinary research communications, 10(1), 245-268.
- Sokoloff, G., & Blumberg, M. S. (2005). Vocalization.
- Kelly, J. B., & Masterton, B. (1977). Auditory sensitivity of the albino rat. Journal of comparative and physiological psychology, 91(4), 930.
- Gouras, P., & Ekesten, B. (2004). Why do mice have ultra-violet vision?. Experimental eye research, 79(6), 887-892.
- Prusky, G. T., Harker, K. T., Douglas, R. M., & Whishaw, I. Q. (2002). Variation in visual acuity within pigmented, and between pigmented and albino rat strains. Behavioural brain research, 136(2), 339-348.
- Brown, R. E. (1979). Mammalian social odors: a critical review. Advances in the Study of Behavior, 10, 103-162.
- Birke, L. I. (1978). Scent-marking and the oestrous cycle of the female rat. Animal Behaviour, 26, 1165-1166.
- Brown, R. E. (1977). Odor preference and urine-marking scales in male and female rats: Effects of gonadectomy and sexual experience on responses to conspecific odors. Journal of Comparative and Physiological Psychology, 91(5), 1190.
- Wallace, D. G., Gorny, B., & Whishaw, I. Q. (2002). Rats can track odors, other rats, and themselves: implications for the study of spatial behavior. Behavioural brain research, 131(1-2), 185-192.
- Galef Jr, B. G., & Beck, M. (1985). Aversive and attractive marking of toxic and safe foods by Norway rats. Behavioral and neural biology, 43(3), 298-310.
- Taylor, G. T., Haller, J., Bartko, G., & Weiss, J. (1984). Conspecific urine marking in male-female pairs of laboratory rats. Physiology & behavior, 32(4), 541-546.
- Kaltwasser, M. T. (1990). Acoustic signaling in the black rat (Rattus rattus). Journal of Comparative Psychology, 104(3), 227.
- Rosales, V. P., Ikeda, K., Hizaki, K. O., Naruo, T., Nozoe, S. I., & Ito, G. (2002). Emotional stress and brux‐like activity of the masseter muscle in rats. The European Journal of Orthodontics, 24(1), 107-117.
- Bolles, R. C. (1960). Grooming behavior in the rat. Journal of comparative and physiological psychology, 53(3), 306.
- Hugo, J., Krijt, J., Vokurka, M., & Janousek, V. (1987). Secretory response to light in rat Harderian gland: possible photoprotective role of Harderian porphyrin. Physiol. Biophys, 6, 401-404.
- Clifton, P. G. (2005). Eating. In I. Q. Whishaw & B. Kolb (Eds.), The behavior of the laboratory rat: A handbook with tests (pp. 197–206). Oxford University Press
- Mitchell, D., Wells, C., Hoch, N., Lind, K., Woods, S. C., & Mitchell, L. K. (1976). Poison induced pica in rats. Physiology & behavior, 17(4), 691-697.
- Chmiel Jr, D. J., & Noonan, M. (1996). Preference of laboratory rats for potentially enriching stimulus objects. Laboratory animals, 30(2), 97-101.
- Pellis, S. M., & Pellis, V. C. (1991). Role reversal changes during the ontogeny of play fighting in male rats: Attack vs. defense. Aggressive Behavior, 17(3), 179-189.
- Panksepp, J. (2007). Neuroevolutionary sources of laughter and social joy: Modeling primal human laughter in laboratory rats. Behavioural brain research, 182(2), 231-244.
- Panksepp J, Burgdorf J. (1999). Laughing rats? Playful tickling arouses high fre-quency ultrasonic chirping in young rodents. In: Hameroff S, ChalmersD, Kazniak A, editors. Toward a science of consciousness, vol. III. Cam-bridge, MA: MIT Press; p. 231–44.
- Blanchard, R. J., Flannelly, K. J., & Blanchard, D. C. (1988). Life-span studies of dominance and aggression in established colonies of laboratory rats. Physiology & behavior, 43(1), 1-7.
- Barfield, R. J., Busch, D. E., & Wallen, K. (1972). Gonadal influence on agonistic behavior in the male domestic rat. Hormones and behavior, 3(3), 247-259.
- Tynes, V. V. (Ed.). (2010). Behavior of exotic pets. John Wiley & Sons.
- Pilny, A. A. (2015). Small exotic companion mammal wellness management and environmental enrichment. Veterinary Clinics: Exotic Animal Practice, 18(2), 245-254.