La pica es una alteración del comportamiento que se puede definir como la ingesta reiterada de elementos no alimenticios.
En el gato, algunos de los elementos más frecuentemente ingeridos son cordones de zapatos e hilos, plásticos y diferentes tejidos (lana, algodón, sintéticos)1, siendo algunos felinos muy específicos en cuanto a los materiales hacia los que dirigen la conducta, y otros menos selectivos.
Cuando revisamos las publicaciones en etología clínica felina, encontramos también el término “wool-sucking” (en inglés, succión de lana) que hace referencia a la succión, masticado y a veces ingesta compulsiva de lana u otros textiles y plásticos2,3. En el trastorno de “wool-sucking” estas tres conductas pueden aparecer de forma independiente o conjunta, y solo estaríamos ante un problema de pica cuando se manifiesta con la ingesta de materiales.
En cualquier caso, cuando un gato padece un trastorno de pica busca activamente elementos no alimenticios en el entorno y cuando tiene acceso a ellos los mastica con las muelas, los desmenuza, e ingiere porciones mayores o menores de los mismos.
Como es de imaginar, esto supone un grave riesgo para la salud de la mascota, ya que puede provocar atragantamientos, irritación/inflamación del aparato digestivo y cuadros obstructivos…, además de importantes destrozos en las pertenencias de los tutores.
Es importante señalar que la ingesta aislada/puntual de alguno de estos materiales por parte de un gato, aunque igualmente peligrosa, no significa necesariamente que la mascota padezca una alteración del comportamiento. Los cachorros y gatos jóvenes, y también algunos adultos, pueden masticar objetos no alimenticios como parte de la conducta de exploración o el juego, y tragar pedazos de forma accidental.
Entonces, ¿cuándo deberíamos entonces sospechar de la presencia de esta alteración del comportamiento?
Como comentábamos en la definición, cuando la ingesta de materiales no alimenticios es reiterada.
¿Qué hace que algunos de nuestros gatos ingieran cosas tan poco apetitosas como cordones o tejidos? ¿Qué deberíamos hacer al respecto?
Detrás de la conducta de pica no hay una única causa.
Por un lado, este trastorno puede ser un síntoma asociado a una causa orgánica.
Causas orgánicas4
Si sospechamos que nuestro gato puede padecer un trastorno de pica es necesario concertar una cita con nuestro centro veterinario de referencia a la mayor brevedad posible.
Allí realizarán una exploración física exhaustiva de la mascota y las pruebas diagnósticas que estimen oportunas para comprobar que no hay ningún cuerpo extraño en el aparato digestivo y hacer una primera aproximación al diagnóstico.
Como se puede observar en el cuadro superior, la lista de diagnósticos diferenciales es larga, y a menudo, en función de la sintomatología que presente la mascota y de los resultados de las pruebas iniciales, se comienza a trabajar en paralelo en la especialidad de medicina del comportamiento para discernir si la conducta de pica podría tener un origen comportamental, es decir, si estaríamos ante una conducta compulsiva.
Las conductas compulsivas son secuencias de movimientos normalmente derivados de conductas normales, pero realizadas fuera de contexto y de manera repetitiva, exagerada y continuada7.
Su aparición es desencadenada por situaciones estresantes, de conflicto o frustración que afectan a un animal que, además, puede poseer diferencias individuales que le hagan especialmente predispuesto a padecer este trastorno.
En consulta, el veterinario etólogo clínico necesitará realizar una historia clínica exhaustiva, ordenada y pormenorizada que le permita situar el inicio del problema, y cuál ha sido su evolución, así como identificar los factores predisponentes y detonantes para un individuo concreto. La historia clínica también deberá recoger información sobre la actitud del tutor hacia el problema, ya que a menudo puede ser un factor agravante (por ejemplo, por la aplicación de castigo).
Entre los factores predisponentes para la conducta de pica en el gato tendríamos:
- genética: la conducta de succión compulsiva de lana parece tener una presentación similar en ambos sexos y se sospecha predisposición genética, ya que es más frecuente en algunas razas orientales como la Siamesa8,9,10 y Birmana10.
- destete precoz: antes de las 7 semanas.
- temperamento ansioso: un gato de temperamento ansioso estará predispuesto a padecer problemas de comportamiento, entre ellos el trastorno de pica.
Algunos de los factores frecuentemente señalados como detonantes en la especie felina son:
- conflicto social con el tutor/es.
- conflicto social con otros gatos residentes.
- ambiente inadecuado/baja estimulación.
- cambios en el entorno habitual del gato.
- cambios de domicilio.
El trastorno de pica se ha relacionado concretamente con los siguientes factores detonantes:
- la administración racionada del alimento1. La frustración y/o el estrés provocado por la falta de control sobre la comida y la imposibilidad de ajustarse al patrón de alimentación típico de la especie (ingesta de múltiples presas diarias) podría ser la causa.
- el estrés provocado por la separación del cachorro de la madre y el resto de la camada y la reubicación en un nuevo entorno10.
A diferencia de otros problemas de comportamiento de los felinos domésticos, es posible que ambientes pobres no tengan un impacto tan negativo en la pica1.
En cuanto al tratamiento del trastorno de pica, una intervención prioritaria será evitar que el gato tenga acceso a los elementos/materiales que son un riesgo para él. Dado que la conducta de pica puede pasar inadvertida para el tutor, la monitorización del apetito del gato y la vigilancia estrecha de la bandeja de deposiciones puede ser de ayuda.
Por supuesto, el objetivo principal será eliminar o atenuar cualquier fuente de estrés, conflicto o frustración para la mascota. En este sentido, el alimento y su pauta de administración tienen gran relevancia. Siempre que no haya contraindicaciones, se suplementará la dieta con fibra11 y ácidos grasos para favorecer la sensación de llenado. Además, cambiaremos la pauta de alimentación de racionada a libre disposición y evitaremos ayunos prolongados. Proporcionar un alimento equilibrado, en la cantidad adecuada y a libre disposición a nuestros felinos domésticos, además de aportar otros beneficios podría ayudar a la prevención y el tratamiento de la pica.
Otras medidas:
- mejoraremos la estimulación mental del gato introduciendo juguetes dispensadores de comida, así como masticables atractivos y apropiados sobre los que pueda redirigir la conducta de masticado.
- evitaremos el uso de castigo, o cualquier actuación que añada más estrés y ansiedad a la mascota.
- el uso de psicofármacos puede ser una herramienta fundamental en el conjunto de la terapia.
El diagnóstico de pica conlleva un pronóstico reservado. El tratamiento adecuado ayuda a mantener el problema bajo control, pero no lo resuelve por completo.
La prevención debería orientarse a evitar el destete precoz de los cachorros, facilitar la adaptación al nuevo hogar y administrar el alimento a libre disposición12.
Susana García Portillo
Bibliografía
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